jueves, marzo 29, 2007

LOS DEPORTADOS COMO GRUPO VULNERABLE

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos agradece a los organizadores de la conferencia “Hacia políticas migratorias integrales” la oportunidad de compartir nuestra experiencia sobre el tema, específicamente sobre las dominicanas, dominicanos y personas de otras nacionalidades, incluyendo puertorriqueños y estadounidenses, que han sido deportados hacia República Dominicana.
¡Estamos en tiempos de reforma. Una simple mirada hacia la segunda mitad de la década del 80 y nos encontramos que en los Estados Unidos se venían introduciendo en las legislaturas federal y estatales una serie de leyes que en definitiva tenían como trasfondo políticas anti inmigrantes, como son, luego de la Ley de Amnistía de 1986, la Proposición 187 y otras que promovía y promueven el English Only o inglés como única lengua. Fueron y son reformas con el tema migratorio como centro y en las que los derechos humanos no fueron tomados en cuenta.
Para entonces se comenzaba a observar un aumento gradual en el número de personas deportadas. Ese aumento coincidía con el apogeo del narcotráfico y su secuela de violencia y muertes en las calles de las principales ciudades de los Estados Unidos. Para entonces la excusa oficial era de la de vaciar las cárceles estadounidenses de narcotraficantes y delincuentes.
Septiembre 11 parece ser la excusa que necesitaban los grupos conservadores de los Estados Unidos y de Europa para endurecer, mediante reformas, sus políticas migratorias.
Después de Septiembre 11, y a propósito de la aprobación de legislaciones y la aplicación de órdenes administrativas dirigidas a preservar la seguridad nacional y a frenar el terrorismo, las comunidades inmigrantes y sus organizaciones representativas comienzan a observar que, para la lógica de la Casa Blanca, terrorista es todo aquel que conduzca un auto sin licencia, o que ocupe un puesto de trabajo sin ser residente legal, o que en el pasado hubiese cometido una infracción de simple policía, o que en cualesquiera de los precintos policiales pesara una denuncia de violencia doméstica.
De acuerdo con ellos, si se está dentro de dichos parámetros se puede y debe ser objeto de deportación; esto, sin tomar en consideración cuestiones como el tiempo de la persona afectada residiendo en los Estados Unidos, su status migratorio o su familia, es decir, irrespetando los más elementales de sus derechos, como es el caso de la unidad familiar.
Las consecuencias son evidentes: en el caso de República Dominicana, de 1996 a la fecha han sido deportados alrededor de 37,000 personas, de acuerdo con cifras servidas por el Departamento de Deportados de la Policía Nacional y la Dirección General de Migración. El pasado año fueron deportados 2020 personas y en lo que va de año 486. El último grupo, de más de 60, arribó ayer miércoles en la mañana.

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