Derechos Humanos denuncia gravesviolaciones a la vida e integridad de reclusos
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) denunció que las violaciones a la vida y la integridad de los reclusos son una constante en las cárceles de República Dominicana, sobre todo en las de la región Sur.
El doctor Manuel María Mercedes, presidente de la CNDH, dijo que específicamente en la cárcel del 15 de Azua y Baní las agresiones, atropellos y vejaciones a la integridad de los reclusos se dan de manera permanente, llegando incluso hasta el asesinato a mansalva.
Puso como ejemplo el caso de José Alejandro Ruiz Pimentel, alias Caco, quien fue salvajemente golpeado estando bajo prisión, el 20 de diciembre de 2006, por el agente policial Juan Aníbal Amador Adames, tras lo cual el también policía Johan Manuel Agomás Otaño lo ejecutó de un disparo en el rostro.
“Ambos agentes, hoy en servicio activo, tiraron luego el cuerpo en unos matorrales ubicados detrás de la prisión, como evidencian estas fotografías”, observó el presidente de la CNDH mostrando varias fotos del cuerpo sin vida y desfigurado de Ruiz Pimentel.
Igualmente, Manuel María Mercedes mostró varias fotografías de reclusos de las cárceles de Najayo, el 15 de Azua, Baní y otras provincias del Sur, en las cuales se observan reclusos con marcas visibles de torturas en varias partes del cuerpo, como los glúteos, espaldas y brazos, incluso, algunos con heridas de balas hechas en las mismas cárceles.
En ese sentido la institución defensora de los derechos humanos llamó la atención de la Procuraduría general de la República y la Dirección General de Prisiones para que orden una investigación seria que de con los responsables de esos actos abominables y violatorios de los derechos fundamentales, a fin de que éstos sean sometidos al imperio de la justicia.
El doctor Manuel María Mercedes, presidente de la CNDH, dijo que específicamente en la cárcel del 15 de Azua y Baní las agresiones, atropellos y vejaciones a la integridad de los reclusos se dan de manera permanente, llegando incluso hasta el asesinato a mansalva.
Puso como ejemplo el caso de José Alejandro Ruiz Pimentel, alias Caco, quien fue salvajemente golpeado estando bajo prisión, el 20 de diciembre de 2006, por el agente policial Juan Aníbal Amador Adames, tras lo cual el también policía Johan Manuel Agomás Otaño lo ejecutó de un disparo en el rostro.
“Ambos agentes, hoy en servicio activo, tiraron luego el cuerpo en unos matorrales ubicados detrás de la prisión, como evidencian estas fotografías”, observó el presidente de la CNDH mostrando varias fotos del cuerpo sin vida y desfigurado de Ruiz Pimentel.
Igualmente, Manuel María Mercedes mostró varias fotografías de reclusos de las cárceles de Najayo, el 15 de Azua, Baní y otras provincias del Sur, en las cuales se observan reclusos con marcas visibles de torturas en varias partes del cuerpo, como los glúteos, espaldas y brazos, incluso, algunos con heridas de balas hechas en las mismas cárceles.
En ese sentido la institución defensora de los derechos humanos llamó la atención de la Procuraduría general de la República y la Dirección General de Prisiones para que orden una investigación seria que de con los responsables de esos actos abominables y violatorios de los derechos fundamentales, a fin de que éstos sean sometidos al imperio de la justicia.
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