martes, octubre 06, 2009

Familia Baldera Gómez se mantiene angustiada por secuestro de su hijo en Nagua

Hace tres años la familia Baldera Gómez había sido victima de un asalto millonario. El caso nunca fue resuelto.
La incertidumbre abruma una familia en la provincia de María Trinidad Sánchez, Nagua, cuyo hijo permanece secuestrado desde el viernes en la noche.

El joven Eduardo Antonio Baldera Gómez, de 20 años, estudiante universitario y administrador de una casa de cambio propiedad de su familia estaba junto a su novia cuando repentinamente aparecieron tres desconocidos fingiendo ser policías.

Seis personas permanecen detenidas por el caso que ha movilizado a los equipos Swat y Linces por todo el Cibao.

Esta noche El Informe con Alicia Ortega se trasladó a Nagua para narrarles el drama que se vive en la provincia María Trinidad Sánchez.

Las oraciones en busca de respuestas matizaban las largas horas de incertidumbre. Plegarias para no perder la esperanza de encontrar con vida al más joven de la familia Baldera Gómez.

Hasta el domingo en la tarde, unas 40 horas después del rapto, los responsables aun no habían establecido comunicación con la familia.

A pesar del dolor, Francisco Eduardo Baldera e Hilda Gómez, padre y madre del joven, aseguran haber puesto el caso en manos de Dios. De hecho, estaban en un retiro espiritual de pareja en Santo Domingo, cuando recibieron la noticia el viernes en la noche.

“Primero me llamaron a mi, por el problema de él del corazón, y me dijeron que lo mandaron a buscar preso del cuartel y yo dije pero porque, porque mi hijo no ha hecho nada”, expresó Hilda Gómez.

“Y yo preocupado llame al destacamento y me dijeron que no estaba preso. Envié al abogado, mi primo Pedro Baldera, quien fue al destacamento y le dijeron que no estaba preso”, dijo Francisco Eduardo Baldera.

A Eduardo Antonio, administrador de otra casa de cambio de la familia en Samaná, lo habían sacado de esta de la casa de su novia, tres hombres, vestidos con chalecos anti
balas y quienes se hicieron pasar por policías.

Su novia, menor de edad, también fue raptada inicialmente.

“Ellos entraron y nos encañonaron y mi mama estaba saliendo de la habitación. La encañonaron a ella y él le preguntó, uno dijo, no te asustes que el coronel Escolástico te mando a buscar para hacerte unas preguntas”, manifestó la novia, cuyo nombre se omite por razones de seguridad.

Forcejeaban para abrir la camioneta de Eduardo Antonio, estacionada frente a la vivienda. Rápidamente se percató de que no se dirigían al destacamento de Nagua.

Ya en la carretera entre Nagua y Pimentel, aparentemente los secuestradores deciden que la joven es un estorbo, por lo que fue dejada en la vía.

El Informe. SIN


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